viernes, 4 de marzo de 2011

Como te va en la feria...

Hoy fue la kermesse del colegio de mi hijo en la Feria de Chapultepec.

He de confesar que me sentía un poco nerviosa los días previos pensando en que la feria es muy grande y mi hijo chico, en que iba a haber mucha gente, en cómo iba a ser el evento, cómo nos íbamos a organizar, etc.
Llegado el día, desde recoger a los niños en la escuela fue divertido, tenían unas ansias locas por llegar, tanto así que llegamos a las 11:30  a la puerta que no se abría hasta las 12:00, pero finalmente entramos.

Muchas de las mamás hicimos base en unas mesas que están bajo una gran carpa blanca fácil de localizar y organizamos a los niños en grupos para que estuvieran juntos con la instrucción de reportarse cada cierto tiempo con nosotras. Mi hijo iba en un grupo de 4 niños y una nana, pero un rato después, Javi y su amigo Jorge decidieron, en sus palabras, escaparse. Como son muy responsables y estaban bien aleccionados por sus mamás, los dos vinieron a avisarnos que querían estar ellos dos solos. Con la consigna de no separarse por ningún motivo en ningún momento, los dejamos ir.

¡Qué gran libertad! Los dos solos en esa gran feria, decidiendo a dónde ir, fortaleciendo su amistad, haciendo historia. La verdad es que se portaron muy bien, y aunque en algún momento entrada la tarde se separaron por diferencias en lo que querían hacer, y yo creo que también por cansancio, no tenemos queja alguna.

Es muy padre ver cómo van creciendo estos niños, no sólo mi hijo, sus amigos y compañeros, ir viendo su evolución, platicar con ellos, disfrutar su emoción, sus sonrisas, su amistad, verlos también solucionar sus desacuerdos, razonar las cosas, expresar su cariño por los otros.
Y van creciendo, y viven todas estas nuevas experiencias cobijados todavía por sus mamás, que ahí estamos, pendientes, cuidando, soltando, protegiendo, liberando, confiando en ellos y dándoles independencia poco a poco mientras nos demuestran, como siempre, que son más capaces de lo que pensamos, grandes de alma y mente, probando y ensayando, aprendiendo de todo, madurando.
Son todavía muy chiquitos, y su visión del mundo todavía inocente, mágica, padrísima. Hay sentimientos encontrados cuando los ves tan chicos y tan independientes, orgullo por verlos responsables, cuidándose, al pendiente unos de otros, y nostalgia porque ya no son bebés pegados a tí, porque crecen tan rápido que no te das cuenta, porque cualquier día volteas y los ves más altos, más fuertes, más lejos.

Lo mejor del día, para mí, aún a pesar de haber disfrutado mucho la plática con mis amigas y todo lo que ya les conté de los niños, fue haberme subido a un juego con mi Javi. Creo que se llama el tren del amor, y es ese juego en el que la fuerza centrífuga te va aplastando hasta que los dos estábamos apretujados mientras el tren daba vueltas cada vez más rápido, subiendo y bajando y cada vez más rápido y más y más apretados... ¡Benditas carcajadas de los dos! Nunca olvidaré cómo se reía mi niño querido y por contagio yo también, cómo gritamos, cómo disfrutamos esos minutos de risa loca y complicidad. ¡Cuál estrés después! Ya quedamos que la próxima vez nos subiremos los dos juntos al "ratón loco", y espero a muchos muchos juegos más, y a muchas aventuras más de todo tipo en las que espero poderlo acompañar, apretujarnos y reírnos siempre mucho los dos.

Así que a mí, en la feria hoy, me fue muy bien.

1 comentario:

  1. Teterete;
    Aprovecha esas idas con tus hijos a lugares como la feria o algún otro de disfrute compartido, porque de verdad, los hijos crecen muy rápido y luego si quieres hacer lo que antes no hiciste con ellos, ya es muy tarde. Ellos van teniendo intereses diferentes con el tiempo y solo ver para atrás, notas el tiempo que ha pasado, muy lento cuando lo esperas y muy rápido cuando se te fue.
    Muy padre la narración
    Besos del Tío Manuel

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