miércoles, 16 de marzo de 2011

El rey y su discurso.

¡Qué buena película! La disfruté mucho.

Me da mucho gusto que le hayan dado el Oscar por mejor película, pues se demuestra que no es necesaria una superproducción con miles de efectos especiales, es una película bien hecha, con una buena historia y grandes actuaciones.

Siempre son interesantes las películas basadas en hechos de la vida real, y más cuando la historia forma parte de la Historia, pues todo podría haber sido muy diferente si el hermano de Jorge VI no hubiera abdicado para casarse con Wallis Simpson. Otros herederos habría, otra reina actual de Inglaterra, otra historia.

Algo importante es ver cómo los problemas y presiones que tuvo que enfrentar este futuro rey desde niño lo afectaron al grado de causarle tartamudez, y el enfoque que para curarlo usa su "doctor" que sabe que no es un problema mecánico del habla, que hay algo más.
Lo triste es que hasta hoy día hay niños con algún tipo de problema psicológico que se manifiesta en comportamientos o impedimentos como la tartamudez, y que no se les da la atención debida por no detectarlo a tiempo, o porque los papás no quieren darse cuenta o creer que algo afectó a su hijo y lo hace comportarse de determinada manera. Es más fácil para algunos medicarlo que reconocer que algo no están haciendo muy bien como papás.

La actuación de Colin Firth bien es merecedora del Oscar a mejor actor. ¡Qué manera de meterse en el papel! Desde la primera escena te transmite la angustia y terror que le da hablar en público, y exponer su problema ante una nación entera. Lo mejor es como nos hace ver la evolución del rey en su tratamiento, cómo va tomando confianza en sí mismo hasta lograr vencer el temor que ha cargado desde su infancia. Y también Helena Bonham Carter, en el papel secundario pero importante de su esposa, hace una actuación, en mi opinión, muy buena.

Bravo a quienes hacen este tipo de películas donde nos hacen reflexionar, aprender, y sobre todo, motivarnos. Sí podemos superar nuestros problemas, nuestras ataduras, nuestros miedos. Y en esta película me encantó que el final no es triunfalista, me refiero a que la alegría del rey y sus allegados no es presentada de una forma desmedida entre fuegos y centellas, es una alegría íntima, llena de orgullo y de emoción, sin grandes aspavientos, pero así te llega al corazón, te transmite el sentimiento de logro, de que tú también puedes, es cuestión de perseverancia, voluntad y un firme deseo de lograr tus metas un paso a la vez.

También me hace reflexionar en que a veces vale la pena abrir la mente y la actitud, y probar enfoques diferentes, cuántos años llevaba este pobre hombre en tratamientos para curarse, y no es sino hasta que encuentra a este "raro" australiano que consigue desprenderse de lo que venía cargando desde la infancia.

Tal vez la historia podría haber profundizado más en el personaje de Bertie, el futuro rey, pero es consecuente con el modo de ser de la realeza, no hablan de sí mismos y de sus problemas con cualquier plebeyo como el terapista, aunque luego lleguen a ser grandes amigos. Tampoco ahonda en el tema político de ese momento y de la entrada de Inglaterra a la 2a guerra mundial, pero creo que está bien así, pues el tema de la película no es ese.

En resumen, me pareció una película muy bien lograda y muy disfrutable. Aplausos.

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